domingo, 27 de julio de 2008

A través del cristal


Es domingo y si habitualmente este día de la semana es el que peor me encuentro físicamente (los excesos, y no precisamente alcohólicos, del sábado noche es lo que tienen), al de hoy le añadimos el ánimo a ras de suelo.
Le decía a un amigo que yo habitualmente el último día de la semana soy una persona non grata, vamos, que soy como un ánima en pena vagando sin rumbo. Hoy lo soy más que en otras ocasiones.
Ayer no fue un buen día y hoy, sigue sin serlo. Lo que tenía que ser una celebración conjunta de una fecha especial se ha convertido en lo de siempre, todos por un lado y yo por el otro.
Se suponía que tenía que ser un momento en el que todo el mundo disfrutara, pero lo siento, no puedo fingir, no lo estaba pasando bien.

Estábamos organizando durante semanas algo dedicado a las dos personas más importantes de mi vida, de hecho son los que me la han dado. Por eso quería hacer las cosas bien, contar con todos para que nadie se quede excluido, pero la que al final ha resultado excluida he sido yo. Lo que más me duele de todo esto es lo que puedan pensar ellos dos. Que piensen que no me importa, cuando es todo lo contrario. Sé que saben cómo soy y que lo ocurrido ayer no es propio de mí, pero es algo que no puedes evitar que te afecte. Es como cuando te dicen que no te preocupes por determinadas cosas o intentan hacerte verlas de una manera diferente. Vale, sabes que tienen razón, que no vale la pena preocuparse por cosas que para el resto son insignificantes y quizá para ti, si las miraras desde lejos, también lo serían. Pero no puedes evitarlo y hacer de esa cosa insignificante el centro de tus pensamientos, aunque sea de forma temporal. Pero si no actuáramos como siempre lo hemos hecho no seríamos nosotros mismos, somos así, es nuestra esencia.

Lo que ha ocurrido concretamente no lo voy a contar, no quiero volver a recordarlo y que esa mala sensación me recorra todo el cuerpo. Además, me gusta dejar a los curiosos y curiosas con el TO BE CONTINUED, como en las series americanas... Pero tranquil@s, intentaré explicarlo de una manera sencilla.
Lo que a mí me ocurre es lo mismo que al empollón de la clase cuando hace un trabajo en grupo: es el único que trabaja, pero la buena nota se la llevan también los que no han dado ni chapa.
A mí no me preocupa que los demás me alaben el trabajo, eso, y permitidme que hoy sea un poco ordinaria, me lo paso por el forro. Lo que me importa es que cosas absurdas empañen algo especial.

Mi vaso va acumulando gotas de agua poco a poco. No quiero pensar que ya tiene su capacidad al 100%. Pero ayer esas gotas se desbordaron de una forma que llevaba tiempo sin hacer acto de presencia. No sé si esto sirvió para que el vaso se vaciara de nuevo o se quedó intacto... lo comprobaré cuando tenga la cabeza más fría que hoy.
Pero tengo la esperanza de que habrá quedado intacto. Si no es así, forzaré yo a que se vacíe y, si se vuelve a llenar, que sea de gotas de alcohol, de ese que escuece un montón pero dicen que cura las heridas... para que cure las mías.
Buf, creo que me estoy volviendo cada vez más moña y esto no me gusta. Siempre he querido ser la típica chica dura y parece que con los años se me va escapando esa manera de ser.
Lo siento, lo próximo que escriba prometo que será algo divertido... Por cierto, gracias chicas ;D

viernes, 25 de julio de 2008

Un sueño hecho música

Siguiendo con el hilo armónico y, después de leer en El mundo de Marta el relato de su autora sobre los tres últimos conciertos a los que ha asistido, me ha entrado el gusanillo a mí también de compartir con vosotr@s mi mejor concierto en 22 años de vida.

El siguiente idilio musical empezó cuando yo tenía 8 años y escuché por primera vez una balada preciosa:
This aint a love song. El artista, Bon Jovi, y el año, el 1994.
Ese mismo verano pedí que me compraran la cinta de este grupo, se titulaba These Days. Mi hermana no paró de repetirme en la tienda que no me gustarían, que era rock y lo que yo había escuchado era lo único tranquilo que posiblemente tenían. Haciendo caso omiso a su advertencia me compré la cinta (creo por aquel entonces no habían sacado ni el álbum en formato CD). Llegué a casa, puse la cinta y empezó a sonar la primera canción:
Hey God. Fue en aquel momento cuando supe que este grupo iba a significar mucho para mí. Desafortunadamente, después de ese disco, vinieron 5 años de paréntesis en los que cada componente de la banda empezó a hacer cosas por su cuenta, incluso fuera del ámbito musical. En estos años de sequía aproveché para escuchar la discografía anterior y me di cuenta de que, si mi vida se pudiera resumir en canciones a modo de banda sonora, todas las que sonarían serían de Bon Jovi.
Con el tiempo se ha creado una conexión especial entre su música y yo. Ahora suenan los primeros acordes de cualquier canción y es como si estuviera programada para reconocerla en cualquier lugar. Son los que me hacen emocionarme y los que me animan.
El verlos en directo era un sueño que esperaba cumplir algún día, y el pasado 1 de Junio ese sueño se hizo realidad.

Yo tenía una entrada de Gold Circle que había guardado durante meses como si se tratara del tesoro más preciado de todos, y es que para mí lo era. Una entrada que me permitió disfrutar de un espectáculo mágico durante dos horas y media en el Estadio Olímpico de Barcelona, el escenario testigo de una ilusión cumplida.
A las 21:02 salió todo el grupo al completo al escenario, con una iluminación más típica de U2 que de Bon Jovi, y empezó a sonar Lost Highway, la canción que da título al tour. Ocho horas de espera en la cola que merecieron la pena sobradamente, y en la que pudimos conocer a gente encantadora, entre ellas madres de familia que habían dejado a todos en casa y que disfrutaron del concierto a mi lado con la misma energía que yo.
Todos los componentes nos hicieron saltar, cantar, participar y vibrar como nunca. Y qué decir de Jon? Guapísimo y con la sonrisa más bonita del mundo... Siempre será mi amor platónico jaja. Sencillamente impresionante y un orgullo para mi haberlos podido ver de tan cerca.

Las sensaciones que experimenté son difíciles de explicar con palabras, hay que vivirlas pero, decir que ya nada es como antes cuando escucho de nuevo una canción suya, supongo que os ayuda a haceros una idea.
Yo creía que empezaría a llorar en la primera canción y no pararía hasta que finalizara el concierto (soy muy llorona), pero sorprendentemente no fue así. Supongo que tienes que verte en la situación para saber cómo reaccionarás. Era tanta la euforia y la felicidad acumulada que esto me impidió hasta llorar de alegría.

Solo me queda decir lo que estaba escrito en una pancarta de las gradas del estadio: ¡THANK YOU FOR THESE YEARS OF GOOD MUSIC!
Que me esperen en su próxima visita a España porque volveré con las mismas ganas, o incluso más.

Inauguración del iPod con doble canción del mes

En un mundo con tantos avances tecnológicos nos resulta cada vez más difícil pasar sin ciertos aparatos electrónicos.
Por ejemplo, ¿a quién no le ha sacado de varios apuros el socorrido móvil? A mí sin ir más lejos, en todas las fiestas populares a las que voy con mis amigas. Y es que yo soy una persona que se entretiene con cualquier cosa y, cuando me doy cuenta, ya me he perdido del grupo. Para encontrarlas siempre recurro a la típica llamada, en la que escuchas a toda la gente gritando menos a la persona a la que estás llamando. En esos momentos te dan ganas de decirle: “Oye, cuelga y hazme señales de humo, que igual así te encuentro mucho más rápido...”.
Y el mp3? A mí se me harían mucho más largas las mañanas cuando me dirijo a la facultad sin mi iPod, y es que la vida sin música sería mucho más aburrida. Por eso no podía faltar este reproductor en mi blog, además este sale gratis jeje.

He pensado en ir poniendo una canción cada mes en mi iPod, o mejor dicho, nuestro iPod. Una canción que sea especial para mí por alguna razón, que me transmita algo, o simplemente que me guste. En esta ocasión pondré dos, porque sí, porque hoy me pilláis regalona...
La primera no podía ser otra que mi canción favorita: Always, de Bon Jovi. La canción que va a sonar en mi boda (si algún día encuentro con quien casarme claro... XD). La música es muy intensa y su letra llega a lo más hondo. Que bonito debe ser poder sentir algo por otra persona como lo que canta en estos dos trocitos de estribillo:

Estaré allí hasta que las estrellas no brillen,

hasta que los cielos estallen y las palabras no rimen.

Yo sé que cuando muera, tu estarás en mi mente

y te amaré siempre.


Si me pidieras que llore por ti, yo podría.

Si me pidieras que muera por ti, lo haría.

Mira mi cara, no hay precio que no pagaría

para decirte estas palabras a ti.

Y la segunda, Chocar, de El sueño de Morfeo con Nek. La escuché hace poco, y me parece que usa una metáfora graciosa y a la vez muy simple de lo que ocurre cuando conoces a esa persona especial que, en el fondo, todos buscamos: “Somos dos gotas de agua que en el mar se han encontrado, y al chocar, han despertado al huracán que llevaban dentro”.
Todos tenemos mucho que dar y que recibir. Solo hay que encontrar a esa persona que nos abra el corazón para dejar salir, como dice la canción, todo ese huracán que llevamos dentro... Puede que sea tan difícil de encontrar como una gota concreta de agua en el mar, pero al final, se encuetra, ¡estoy segura!

jueves, 24 de julio de 2008

¿Fechas o hechos?

Sí, tengo la cabeza de adorno, y es que muchas veces no me sirve para otra cosa. Lo peor de todo es que en mi caso no es lo más bonito que tengo.
No es la primera vez que me olvido de alguna fecha señalada, pero esta vez me duele sumamente haberlo hecho. Qué olvidé? Pues el cumpleaños de mi amiga Cris, una persona a la cual tengo un enorme cariño.
Si por regla general tengo mala memoria, para las fechas ya ni os cuento. Por eso utilizo (a parte de un montón de post-its) la agenda del móvil para que me avise, esa sí que no falla nunca. Pero esta vez estaba convencida de que no me olvidaría de un 11 de Julio y no lo apunté, aiisss ilusa de mi...





Son tan importantes las fechas o son los hechos diarios lo que cuentan?
Quizá muchas personas le den gran importancia al hecho de que sus conocidos se acuerden de su cumpleaños, santo, aniversario de enamorados... y le traigan un regalito pero, ¿de qué me sirve a mí que una amiga o amigo sea el primero en felicitarme por mi cumpleaños si cuando realmente necesito su compañía no la tengo?, ¿de qué me sirve un regalo carísimo en una fecha señalada si no tengo su mano tendida un día cualquiera para lo bueno y lo malo?
A mí me alegra tener un montón de e-mail, postales y sms felicitándome cada año, pero no me sirven para nada si son de gente a la que en el fondo quizá no le importe si lo estoy pasando bien o mal. Lo que yo, y pienso que todo el mundo quiere, es poder descolgar el teléfono un día cualquiera, marcar ese numero al que quizá llevas tiempo sin llamar, y escuchar esa voz amigable al otro lado de la línea que te invita a contarle todo lo que desees, ya sea bueno o malo. Que te escuche sin reprocharte nada y diciéndote las cosas como son, como solo sabe hacer la gente que realmente te quiere.
Vale sí, no voy a negar que a mí, al igual que a la mayoría, nos gusta que nos hagan regalos pero, no me negareis que esos regalos de “porque hoy es hoy” no son los mejores. O esos que parece que hayan sido envueltos por Don Pimpon con artrosis en las manos y que guardan uno de esos detalles de poco valor económico pero que llega al corazón, y que lleva incluido el tiempo y el cariño de la persona que te lo regala.

Al igual que yo, mi amiga Cris valora más los hechos que lo material, por eso espero que esta entrada dedicada a ella le haga ilusión y compense un poquito mi olvido de hace un par de semanas. También quiero pedirle perdón desde aquí, y darle la opción de pegarme una buena colleja la próxima vez que me vea, aunque espero que no lo haga... Sé que lo sabe pero siempre viene bien recordar que yo quiero ser de su grupo de personas a las que llamar por teléfono, o mejor aún tomar un buen helado de chocolate! Aunque no nos veamos a diario siempre tendrá mi mano para ayudarle y mi hombro para llorar. Eso sí, espero que no use demasiado mi hombro y, si llora, que siempre sea de alegría y yo lo vea!
Mi aparición le dio varios quebraderos de cabeza con terceras personas pero espero que estos años de amistad hayan servido para algo, que su elección haya sido la correcta y que las preocupaciones iniciales al final hayan sido para bien... Hemos compartido muchas cosas inolvidables, entre ellas su boda. Ahora solo hay que dejar pasar unos añitos para que un pequeñuelo me llame tita Istar...
Ah, se me olvidaba, y eso que lo tengo apuntado en mi post-it bloggero: ¡¡Feliz día de Santa Cristina!!

miércoles, 16 de julio de 2008

Retroceso en el tiempo

Me siento como una niña con pañales en la bloggesfera que espera ir madurando poco a poco. Esta sensación es la que me ha llevado a echar el tiempo atrás con vosotros en esta segunda entrada.

Hace algunos días encontré a mi madre sentada en el sofá con un álbum repleto de fotos (en papel y hechas con cámara analógica, como siempre se había hecho). La vi tan entretenida que me senté a su lado y sin darme cuenta eché el tiempo atrás hasta la época más idílica de casi todas las personas, su infancia. Me sumergí entre las fotos como si entrara en una máquina mágica. Salía bien en todas oye, y si no salía bien al menos era graciosa. Una de mis preferidas es esta, con 2 añitos:

Ahora? Aunque me haga 237 fotos siempre salgo con la misma cara de panoli o con los ojos cerrados. Nada, que he perdido la fotogenia por el camino sin darme cuenta... Pero no solo salía yo bien en las fotos sino que tod@s salíamos lindos.En aquellos años sí que éramos felices con nada, donde una de las mayores preocupaciones era no quedarte la última cuando elegían a los componentes del equipo de volleyball. Saber que llevabas sándwich de Nocilla para almorzar era lo mejor de la mañana. Y la peor noticia que podías recibir era que ni los Reyes ni el ratón Pérez existían! Hey, que yo me quedaba hasta que el sueño se apoderaba de mí por si aparecía el famoso ratón, y eso que tengo mucho asco a las ratas! Y cuando venía Navidad? Ahora de adulto la mejor noche es la de Año Nuevo para muchos pero, de pequeños, era la de los Reyes Magos sin duda! Tú ibas a besar a Baltasar y de decías a ti misma: “¡Como mola este tío, yo quiero una boina dorada igual. Y la capa, buah, ni la de Superman!”. Terminabas de besarlo y te ibas tan contenta, con la cara pintada de negro y... ni te dabas cuenta de que el color de su cara era falso. Ahora? Te hacen un rayajo de 0.01mm de grosor en tu coche y lo ves! Tu madre lamía el pañuelo y, con cuatro golpes que te dejaban las mejillas como las de Heidi, te quitaba la pintura. ¡Y no nos quejábamos eh! Ahora nos hacen eso y lo más suave que sale de nuestra boca sería un: “ Qué haces asquerosa? Aparta!”.

Recuerdo que me pasaba los veranos jugando en el parque que había al lado de mi casa. Mi madre me hacía la cena y, yo y bocata de longanizas, nos íbamos a jugar. Comenzaba la primera ronda del escondite y tu bocadillo tenía 5 longanizas. A la segunda ronda solo te quedaban 2. Y la tercera ronda la hacías parar para que todo el mundo buscara tus longanizas. Cuando te encontrabas una la volvías a poner dentro del pan ya llevara fango o pelos pegados, te daba igual, era tu longaniza! Yo me he pasado desde los 4 a los 9 años comiendo pan con... con pan. Ahora vemos un pelo encima de la mesa de un restaurante y les ponemos una reclamación.

Daba igual que pasara un huracán que un tifón, nosotros seguíamos jugando como si la cosa no fuera con nosotros.Y lo fácil que era decirle a un chico que te gustaba? Escribías un corazón de tiza en la pizarra con vuestros dos nombres y el chico en cuestión ya se daba por aludido. No había mentiras por medio y, si discutías con él, era porque te había dejado sin pastelina rosa y no podías terminar el brazo de tu muñeco.

Sí, aquellos eran unos años maravillosos, pero si esta máquina mágica del tiempo se rompiera y me quedara en la infancia para siempre no tendría grandes batallas que contar, no habría aprendido todo lo que hasta ahora he aprendido y me queda por aprender, pero sobretodo, no conocería a los amigos y amigas que he ido incluyendo en mi corazón durante este tiempo.Mejor me quedo con 22 años y todos estos recuerdos, sin olvidar que ver las cosas como las vería un peque hace que todo sea mucho más fácil.

Todo tiene su inicio

Son las 2:16 y como casi todas las noches estoy aquí, sentada frente a una pantalla. Qué me ha llevado a crear este blog?? Pues el hecho de que a estas horas de la madrugada el número de gente con la que charlar sea inversamente proporcional al número de neuronas que debe perder Masiel un sábado noche, o mejor dicho, un día cualquiera...
No sabía como empezar mi primer mensaje pero, que mejor que haciendo de alfombrilla de la entrada de cualquier humilde casa y deciros: ¡¡BIENVENIDOS!!






No hay nada mejor como tu propia casa

Hoy es un día como cualquier otro, pero también es el inicio de un rincón que espero sirva para algo (bueno, claro...). Desde luego a mí seguro que me va a servir, por lo menos para hacer más llevadero mi insomnio veraniego. De ahí el título del blog, y es que no sabéis lo que da de sí una larga noche de verano. Acompañada de amig@s, empieza comentando el último partido de fútbol y termina sacando tus intimidades a la luz... Sola frente a un blog, vete tú a saber lo que saca a relucir ¿?... Lo comprobaremos con el tiempo que pasemos juntos.