Había terminado mi jornada laboral y me dirigía a casa con el coche tan contenta, como de costumbre, cuando de repente escucho un "zzzzhhhh..." "Hey, ¿¿qué es ese zumbido??" ha preguntado mi voz interior. ¿Es un pájaro?, ¿Es un avión? Nooooo, es ¡¡¡UNA AVISPA!!!
y desgraciadamente no tan mona como nuestra querida Maya"¡¡¡Uaaaa, uiiissss madre, aiiiii que me picaaaaa!!!". Estas han sido mis palabras antes de soltar el volante y empezar ha hacer los pasos de "la Macarena" intentando quitarme el bicho de encima. ¿Qué digo de "la Macarena"? He inventado un nuevo baile, ¡qué carajo!
"Todos a cubiertooooo" he pensado, y es que una servidora es alérgica a la picadura de estos insectos. He empezado a buscar un hueco donde esconderme entre tanto asiento, cambio de marcha y demás... Una vez cubierta ¿que yo encontraba el botón de la ventanilla para que se abriera y saliera la avispa? ¡Y una leche! Creo que me ha resultado más complicado encontrar ese botón que a muchos chicos el punto G de una mujer...
Voz interior: Eh eh, un momento ¡¡¡COOOOOOORTEN!!!
Voz interior: Pero bueno, pero bueno ¿tú hablando del punto G?
Istar: Aiisss, no sé, me dio por hacer esa comparación...
Voz interior: Desde luego, no te reconozco...
Istar: Debe ser que conversar tanto con el sector masculino me está afectando más de lo que creía ¡¡Palabrita del niño Jesús que no lo volveré ha hacer!!
Voz interior: Anda va, sigue con tu historia...
Finalmente, y después de que la mayoría de los coches que me he cruzado seguramente creyeran que estaban viendo al coche fantástico (si no fuera por los dos golpes que llevo en las puertas del piloto y copiloto podría pasar perfectamente XD), la avispa se ha ido y he podido descubrir que alguien importante en alguna parte muy escondida me debe querer un huevo porque ha sido pa’verme matao... :o$
Al llegar a casa he sacado la conclusión de lo ocurrido: ha sido el gel con el que me he duchado esta mañana el que ha atraído a la avispa, ¡seguro! Y es que lo compré nuevo, de chocolate con efectos energizantes. A mí me gustó el color del gel y empecé a hacer florecillas, solecitos, estrellitas... en la esponja. Cuando me di cuenta la botella estaba medio vacía y la esponja de baño parecía más bien una tarta de cumpleaños. Después hice la fiesta de la espuma como era de esperar, pero sola, que triste... :o( Cuando he salido de la ducha le he dicho a mi madre: "Ahora sí que me pueden decir que estoy hecha un bombonazo". Se me han quedado todos los efectos "energizantes" del chocolate impregnados en la piel y la avispa no se habrá podido resistir al agradable olorcillo que yo desprendía y, cual experto caco, me ha debido seguir sin yo enterarme...
Querid@s no compreis nunca geles raros que son un peligro para la integridad física. Un saludo de una Istar que ha vuelto ha nacer d=)